domingo, 19 de agosto de 2018

LUZ SOBRALENSE, AO JEITO DE RUÃO

O barulho era mais que muito e não valia a pena tentar conversar... As luzes projetadas nas paredes do lado oposto iam dando uns efeitos engraçados. Fui usando o telemóvel, enquanto não chegou a beleza do silêncio.

A mudança rápida das cores nas paredes evocou-me a série de telas que Claude Monet dedicou à Catedral de Ruão. A manipulação da luz fazia-se ao vivo, sem photoshop, apreendendo as reverberações da cor.

De Ruão ao Sobral da Adiça são 1434 quilómetros. Tão distante como o que separa a genialidade de Monet e a banalidade de uma brincadeira feita num recinto de festa.








Ronda de los colores (Gabriela Mistral)

Azul loco y verde loco 
del lino en rama y en flor. 
Mareando de oleadas 
baila el lindo azuleador.
 
Cuando el azul se deshoja, 
sigue el verde danzador: 
verde—trébol, verde—oliva 
y el gayo verde—limón.
 
  ¡Vaya hermosura! 
  ¡Vaya el Color!
 
Rojo manso y rojo bravo 
—rosa y clavel reventón—. 
Cuando los verdes se rinden, 
él salta como un campeón.
 
Bailan uno tras el otro, 
no se sabe cuál mejor, 
y los rojos bailan tanto 
que se queman en su ardor.
 
  ¡Vaya locura! 
  ¡Vaya el Color!
 
El amarillo se viene 
grande y lleno de fervor 
y le abren paso todos 
como viendo a Agamenón.
 
A lo humano y lo divino 
baila el santo resplandor: 
aromas gajos dorados 
y el azafrán volador.
 
  ¡Vaya delirio! 
  ¡Vaya el Color!
 
Y por fin se van siguiendo 
al pavo—real del sol, 
que los recoge y los lleva 
como un padre o un ladrón.
 
Mano a mano con nosotros 
todos eran, ya no son: 
¡El cuento del mundo muere 
al morir el Contador!

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